miércoles, 26 de enero de 2011

Consejos prácticos para tirar a la perdiz al salto.

Gonzalo Gómez Escudero:

La caza de la perdiz en mano o al salto es, junto con la caza del conejo, una de las modalidades cinegéticas que cuenta con mayor número de practicantes en nuestro país. Por ello, nos centraremos este mes en cómo mejorar el tiro de la perdiz al salto, y recreamos en pleno monte y con una platillera distintas situaciones que imitan la trayectoria de la patirroja.
Gonzalo Gómez | 30/12/2010
La caza al salto es la más completa que existe dentro del mundo cinegético, más completa y más natural, ya que la lucha por abatir la pieza es puramente entre el cazador y la naturaleza. Aunque en este artículo vamos a tratar sobre cuál debe ser la técnica de tiro a emplear en esta disciplina, no dejaremos de resaltar que para cazar perdices en mano, no sólo hace falta ser un buen tirador, pues existen tres factores que juegan un papel decisivo para poder abatir a nuestras perdices.
Como todos sabéis, la perdiz. como buena gallinácea, está muy bien dotada para caminar o apeonar a gran velocidad, a lo que hay que sumar su enorme resistencia. Por ello, suelen ser muchos los kilómetros que tenemos que ir tras ellas hasta cansarlas y de esta forma provocar que cuando levanten su potente vuelo estén lo suficientemente cerca de nosotros como para que nuestro tiro alcance a tan preciado y anhelado animal.
Por la variedad de entornos a los que podernos ir tras las perdices. la velocidad de nuestro caminar estará condicionada por las características propias de cada uno de los terrenos, siendo mayor cuanto más llano y despejado sea el suelo. De todos es sabido que otra de las defensas de la perdiz, además de su ligero caminar y potente vuelo, es amagarse en el terreno para así burlar al cazador y a su perro. Por ello, cuando cacemos perdices durante un día de calor en monte cerrado y después de haberlas dado varios vuelos, caminar muy rápido provocará dejarnoscaza sin levantar. Para que esto no ocurra. cobra especial relevancia la segunda de las cualidades que debe poseer el cazador de perdices, como es saber de campo y conocer perfectamente las costumbres de las especies que intentamos abatir. Como se ha dicho en más de una ocasión, hay que ponerse en el lugar de las perdices y pensar como ellas para saber qué es lo que van a hacer y cómo van reaccionar, según las circunstancias en que las encontremos.
Por último, la tercera condición de un buen cazador es la de ser un buen tirador, para así aprovechar ese momento en que la perdiz levanta su vuelo ante nosotros, casi siempre sobrecogiéndonos con el sonido inconfundible de su potente aletear.
Es precisamente a este punto al que vamos a prestar especial atención en este articulo, analizando qué puntos técnicos en este tipo de tiro nos ayudarán a evitar fallos y por consiguiente obtener unas buenas perchas de perdices.
 
El tiro de la perdiz al salto técnicamente no es excesivamente complicado. Lo que ocurre es que hay una serie de condicionantes que lo dificultan. Por ejemplo, el hecho de que cuando llegamos al momento del disparo vamos con la lengua fuera, por el esfuerzo que supone caminar horas y horas a paso ligero detrás de las perdices.
Hay un tipo de vuelo de la perdiz. no muy habitual en la caza al salto, pero que el cazador de perdices que suele practicar esta modalidad le provoca un cierto temor, como es el tiro de pico. Sin embargo, técnicamente el tiro a las perdices que entran de frente es uno de los más sencillos, ya que con sólo apuntar a la perdiz por debajo de ella, es decir, a las patas, permaneciendo unos metros en esa posición para, a continuación, pegar un ligero tironcito y subir los cañones de la escopeta, tapando la perdiz con el punto de mira antes de apretar el gatillo. Esta acción será suficiente para poder abatirlas con gran facilidad.


Los tiros a perdices que vienen levantadas por otros compañeros y que cruzan por delante de nosotros son los que más debemos adelantar, ya que los disparos cruzados, es decir, los que su trayectoria llega a formar un ángulo de 90° son los que requieren un adelanto más generoso. A medida que este ángulo se vaya cerrando, iremos disminuyendo el adelanto.
Otra trayectoria muy común en la caza en mano y a veces derivada del fallo a la perdiz de pico, es aquella en la que la perdiz nos pasa volando por encima y la tenemos que disparar alejándose de cola a una altura media. Ante este tipo de lance, la principal precaución que tenemos que tener en cuenta antes de realizar el disparo es apuntando ligeramente por debajo de la perdiz, de tal forma que a la hora de apretar el gatillo tengamos situada la silueta de la perdiz sobre el punto de mira.Y en ningún caso taparla como se suele escuchar en algunas ocasiones en corrillos de cazadores.
Otra dificultad que surge en la caza al salto es que cuando las perdices ya van estando fogueadas, éstas cada día se resabian más y levantan su vuelo a mayores distancias, y la que levanta el vuelo más cerca siempre agudiza el ingenio para hacerlo detrás de una mata, un árbol, o tapada por una roca. Estas mayores distancias de tiro el cazador debe apreciarlas con claridad solucionando el problema realizando mayores adelantos. Todos sabéis que cuanto más distanciado esté el cazador de la pieza en el momento de realizar sus disparos más tendrá que adelantar sus tiros.
A pesar de que el vuelo de la perdiz se caracteriza por su gran potencia y alta aceleración, debemos contar con que cuando arranca su vuelo parte de cero, así que su velocidad inicial no es un factor a su favor, porque aunque parezca muy alta no lo es, razón por la que el adelanto no debe ser demasiado grande; todo lo contrario que ocurre en los ojeos, donde la perdiz viene a gran velocidad, haciendo uso de ella como su mayor defensa. Por este motivo, a la perdiz en salto, en general, con correr una medida no demasiado pronunciada la mano por delante y poniendo especial atención en llevar la punta de los cañones por la trayectoria que el pájaro va a realizar su vuelo, será suficiente para poder dar buena cuenta de ellas.
El tiro más común en la caza al salto es el que realizamos sobre aquella perdiz que irrumpe delante de nosotros y que se aleja recta ante nuestros ojos. Un error muy común que provoca numerosos fallos en este tipo de tiro consiste en dejarse los tiros bajos. Cuando la perdiz nos sorprende, es tan grande el estrés que nos provoca que queremos ante todo verla con nuestros ojos, por lo que los caños de la escopeta se convierten en un incordio y nuestro instinto nos induce a bajarlos ligeramente, de forma que podamos ver mejor a la perdiz. Esto provoca que nuestros tiros se queden ligeramente bajos. Como solución, no es malo tirar con una escopeta recta, es decir, que veamos un poco de la solista de los cañones. De esta forma, el tiro irá más alto del punto al que apuntamos, solucionando así el problema.
Algunas perdices nos salen de los pies, y simplemente se alejan sin describir ningún ángulo. Esta circunstancia nos facilitaría el disparo, ya que con la precaución de apretar fuertemente la cara, y colocando el punto de mira sobre ellas será suficiente para poder abatirlas. Los fallos más comunes que provoca este tipo de salida de la perdiz son: levantar la cara, precipitarse en los tiros, o buscar un adelanto erróneo por los lados, cuando sólo hay que apuntar sobre el cuerpo de la perdiz. Cuando una perdiz inicia su vuelo a una distancia considerable delante de nosotros como pueden ser 25 ó 30 metros entonces sí deberemos taparla ligeramente con nuestros cañones antes de apretar el gatillo.
Son infinitas las trayectorias que podríamos comentar, así como sus adelantos y las formas de llevar el swing en cada situación. Por ello, la mejor forma de poder practicar nuestros disparos en la caza será haciéndolo sobre platos lanzados con máquinas situadas en pleno monte, y que imitan la mayor parte de las trayectorias realizadas por las perdices, algo que podemos realizar en cualquier campo de tiro con canchas de recorridos de caza. Nosotros así lo hacemos en nuestra escuela de tiro, ya que de esta forma podemos repetir las veces que sean necesarias una misma trayectoria, hasta que el cazador aprenda perfectamente cómo disparar a cada trayectoria. Los resultados son espectaculares, os lo aseguro, comprobándose después en el campo.
Gonzalo Gómez Escudero

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